miércoles, 24 de octubre de 2007

La Nonna de La Maddalena- La abuelita que no se sienta





Veamos…
Imaginemos que te levantas un jueves,
…de octubre, …
En una “ísola” italiana…
Un jueves que resulta ser el día 91 de un viaje que empezó, hace justo…. 90 días…
Que resulta que has llegado a Cerdeña después de estos 3 meses a vueltas por la Europa…
Imaginemos que llegaste ayer… y que hoy,
Al despertar,
Te encuentras a la Nonna en el jardín.


La Nonna de Michele,
el “caro” amigo de Ivan,
La Nonna que vive en la Isla Magdalena…

Imagina que estás en Cerdeña,
Que la Nonna es una señora, “picolissima”, toda vestidita de negro,
Que ha llegado hoy desde su isla para una visita con el médico…por la diabetes.

Y ya ves…
Resulta que esta señora que habla un italiano que se entendería en cualquier lugar “del mondo” (porque yo “non parlo italiano” y la entiendo) hoy, al despertar, te sorprende con su torrente de lucidez calma, el de sus 87 “anni” de lucidez, cuando de pronto
en una conversación que no se lleva más tiempo que lo que tardas en desayunar al sol difuminado por la nieblina mañanera
te mira desde sus ojos pardos, color oliva, colocados en su cara llena de los rastros de las expresiones de su vida
y te dice:
(en su italiano de abuela tranquila)
Que es “buono” pararse a pensar sobre uno mismo,
A establecer relaciones,
A “vivire” experiencias y relaciones con “altri” seres humanos,
Que cuando trabajas mucho, corres mucho…
te pierdes las maravillas que te rodean,
y que, tal vez por eso, y por la tecnología del nuevo mundo,
hacen que se estén perdiendo las relaciones humanas,
el amor, la caridad, el afecto…
y entonces,
no nos “restara più”.

Y que por eso, el tiempo que uno se toma para desarrollar “il suo spazio personale”
es algo que nadie puede quitarte, es “molto importante”.
…………………………………………….

Resulta que en estos tres meses no son pocos los momentos en que te preguntas
si tienes derecho de tomarte un tiempo para “vivire” para “imparare”, para pensar en “la tua via” y en como vivirla…;
cuando sientes que los de tu alrededor ya están envueltos en las obligaciones de la vida que llegan siempre después de cada verano…
No son pocos los días que se hace extraña esta libertad, esta ausencia de obligación…
Y son bastantes los ratos en que se hace palpable que, a pesar de que todos nos quejamos,
terminamos viviendo cómodos al abrigo de nuestras rutinas, sean las que sean;
y que la “subita” libertad del tiempo “per se stesso” te pone frente a preguntas y sensaciones que a veces no son fáciles de encarar.

Pero ya veis…
Hoy, de pronto llega La Nonna, con su vida ya vivida, con sus ojos bien despiertos, y, mientras se coloca el pañuelo negro entorno a la “sua testa”, te dice todo esto…, en una conversación, que no dura más que un desayuno… y, al ofrecerle una silla, responde:

-“No, gracie mille”…ella no se sienta, no está cansada.

Y luego añade:
-“Michele, tesoro, partiamo pronto all´appuntamento con il dottore”.




Besos a todos,


de Ivan y Adela.


Foto de nuestro recorrido en estes 3 meses de viaje:

lunes, 22 de octubre de 2007

Hellas

Blanca y azul, sin duda.
Mediterránea, con todo el sentido de la palabra…
(Que hasta ahora nunca había apreciado tanto como tal…)

Y es que, …siempre supimos que Grecia estaba ahí, en su sitio, entre Italia y Turquía.
Como un país que se desmigaja en medio del mar Egeo poco a poco.
Ya sabíamos que a las Islas Griegas se va de crucero…
y aunque no hemos ido a ninguna en esta ocasión, el recorrer la penínsulas que aún le quedan a Grecia, sujetas por hilos de tierra, nos hace pensar en cómo serán de bonitas aquellas que ya hace años salieron a navegar en medio del mar… y allí están, flotando.
Y sabíamos de su mitología… aunque muy poco, casi nada…
… y vaya con los Griegos!, qué historias! para explicarse el mundo…, para explicarse a si mismos…

Lo que no sabíamos es que a los mares de Grecia les crecen montañas junto a las playas, algunas sagradas como el Monte Athos, donde sólo entran monjes y hombres.

Y no sabíamos que al monte bajo le crecen olivos porque la diosa Atenea le da patadas al suelo y entonces, surgen hasta la misma orilla del mar (o al menos, así dicen que ganó a Poseidón la batalla por la ciudad de Atenas);

Y que en las montañas del Olimpo, los dioses preparan tormentas con rayos y centellas y que a la mañana siguiente te dejan el cielo claro para pasear unos bosques que huelen… ummmm… a bosque del Olimpo, suponemos…

Y que en esas mismas montañas, bellísimas, que vigilan el mar a sus pies, los dioses te mandan un zorro por la noche para que coma contigo la cena… o mejor dicho, que se haga amigo tuyo hasta que terminas dándole tu cena… y entiendes de dónde viene la expresión “mas listo que un zorro”.

Y es que Hellas, es el país de la nieblina perpetua, entre sus mares y montañas, entre sus ruinas y sus presentes, es un país del mediterráneo, donde uno, bien podría querer quedarse a ver como se desmigaja con el paso lento del tiempo.
………………………………….

Verdaderamente se nos ha pasado un tiempo largo sin dar muchas noticias de vida. Y es que, casi sin darnos cuenta, hemos estado un mes en Grecia, y aún así, se nos ha hecho corto.

Antes de eso, y tras recorrer Rumania, pasamos por Bulgaria, pero allí, no nos paramos mucho: unos días en el Mar Negro, donde se adivina que hubo tiempos turísticos mejores, aunque no sabemos cuándo… y que ahora parece que algunas cosas se están rehaciendo: nuevas promociones de hoteles, esfuerzos de promoción hacia la Europa que la mira como “país con potencial” etc…
Estuvimos un tiempo en el interior, en Kazanlak, un valle famoso por sus rosas, y en Hisarja, un lugar lleno de fuentes termales, unas 40.

Y de allí a Sofia, la capital, con un ritmo calmo, el domingo en que la visitamos, calles amplías, donde parece que andan con ganas de ser cada vez más Europeos… pero no os vamos a engañar, echábamos de menos el bullicio de los pueblos cerca del mediterráneo.

Nuestro paseo por centro Europa nos ha hecho apreciar la diferencia de la cultura con pasado comunista y dominio soviético de la que ha crecido junto al mediterráneo.
Llegar a Grecia fue como llegar a casa; no sólo porque el sol nos ha acompañado todo este tiempo por el país de los marineros, sino porque todo se nos ha mostrado más abierto, más caluroso,…en general.

Aquí hemos permanecido más tiempo, hemos recorrido parte del país con mis padres, que volaron a Atenas para pasar una semana juntos y recorrer parte del Peloponeso (Atenas-Nafplio-Tolo-Esparta-Mistras-Corinto);
unos días estupendos de reencuentro, de charlas, de repaso de estos meses, de compartir tortillas de patatas, de playas y acrópolis, de ruinas, de campings, de musakas y risas.

Grecia ha sido un punto de inflexión en nuestro viaje, porque aquí empieza a terminarse nuestro recorrido hacia el Este de Europa y es el punto desde el que empezamos nuestro regreso…sin dirección fija.

Desde Grecia hemos iniciado nuestro camino de retorno, con el otoño, hacia algún lugar, quizá en Italia, quizá en Francia para permanecer un tiempo y hacer la vida. Aún no sabemos bien dónde, pero el cuerpo, con la llegada del frío, nos pide que nos mezclemos con el calor de la gente de los lugares aún más, que paremos y disminuyamos nuestro ritmo de kilómetros (van 13.000 en estos 3 meses) y bueno, que ante la proximidad del invierno, nos abriguemos bien para dejarnos mecer por días de viento y nos resguardemos de los días de lluvia.

Todo esto que os contamos, os lo escribimos ya desde Italia, hace una semana que partimos de Grecia, país que abandonamos por mar, camino de Bari, y de allí, a Cerdeña, la “Isola Meravigliosa” donde vive Michelle el amigo de Iván y donde las playas son color esmeralda y los turistas ya se han ido….

Besos y abrazos para todos,
Ivan y Adela.

Ahi van algunas fotos:

Ivan, cocinando en Meteora, un lugar de piedras que encantaria a mas de uno...;) y donde los monjes ortodoxos tienen monasterios en las rocas y meditan colgados del vacio (bueno, hoy los turistas hacen demasiado ruido como para meditar...)






El Templo de Atenea en Delfos





Mamà y Papà en furgoneta...jejeje...







Mistras, la ciudad bizantina junto a Esparta


Tortillas en Tolo






El Templo de Zeus Olimpico en Atenas visto desde la Acropolis