viernes, 31 de agosto de 2007

Auschwitz, la reflexión del escalofrio

Que me perdonen, siquiera, por haber entrado allí,
por haber visitado los lugares donde eran hacinados,
por haber entrado en las cámaras de gas donde morían.
Que me perdonen por mirar sus fotografías,
con todo su miedo en los ojos y su tensión en los hombros…
Que me perdonen.

Hoy Auschwitz es un lugar convertido en museo, “in memoriam” de los que allí murieron, unos a manos de otros… de una manera que nos debería ser impensable y,sin embargo, no lo es...

Que me perdonen por no entender estos museos;

hoy entramos aquí gentes de toda nacionalidad, con la cámara de fotos en la mano, y seguimos las explicaciones por un recorrido marcado. Para entenderlo todo...

Mientras caminábamos por allí, no podía dejar de pensar en lo que ocurrió,
hace 60 años (es decir, cuando mi abuela tenía la edad que yo tengo hoy), en aquel lugar desaparecían millares de vidas) sobre el mismo césped, entre los mismos árboles que respiraron sus cenizas... allí, hoy, nosotros..., visitando para entender el horror...

Pero que me perdonen por no entender…casi nada...
Porque, ¿no se repiten hoy y se han repetido durante este tiempo, durante los 60 años siguientes, exactamente igual, el mismo horror, el mismo miedo, en alguna cárcel de cualquier dictadura militar en latino américa, en las guerras del África perdida de pueblos contra pueblos, en miles de lugares sin nombre... el mismo sin sentido?,

¿no son acaso el mismo horror, la misma angustia, la misma desesperación que vivimos retransmitida a diario en los atentados de Oriente Medio …?

horrores de hombres contra hombres, crueldad refinada hasta los límites de la sin razón ... la misma hay hoy sobre la faz de la tierra que hace 60 años. De esa, yo he sido testigo en tiempo presente…

Por eso no entiendo estos museos,… que son tumbas abiertas, aunque sé que siguen en pie como “Recuedo para los muertos. Escarmiento para los vivos” (según reza un monumento en homenaje a los muertos de otro campo de concentración, el de Dachau –Alemania-).

Pero… ¿de que hemos escarmentado…? si, tal vez, cuando yo tenga 90 años, mis nietos, visiten Guantánamo, o una cárcel de la República China, o el Museo de la Guerra de los Balcanes, o los campos de refugiados de Darfur, o vayan al Museo del Genocidio Tutsi-Hutu -por poner unos macabros ejemplos-… y los visitarán “in memoriam” de los que hoy están muriendo, de los que hace 10 o 15 años ví morir en televisión… y les explicarán lo mismo que yo, hoy, veo en las noticias o en los periódicos que no leo…

Y entonces pensaré, de nuevo, que no entendemos nada…que no aprendemos nada.
Da igual el motivo -que para el aplastamiento y el asesinato son todos inventados-.
Da igual si la causa es raza, territorio o religión….
Es el mismo horror, la misma muerte, el mismo dolor provocado por los hombres a los hombres, que… no…, da igual los museos de la muerte que mantengamos en pie,…
pareciera que no aprendemos nada.

Que me perdonen.

martes, 28 de agosto de 2007

Las cosas de Viena, Bratislava y Budapest… cuando vas en bici.




Como siempre, es difícil resumir una ciudad, y cuánto más, si lo que os contamos hoy son:
-3 ciudades y los pueblos que las unen… de 3 países diferentes pero con una historia común.
-un río enorme, el Danubio, que nace en la Selva Negra de Alemania y recorre Europa hasta morir en el Mar Negro.
-340km de distancia más o menos.
-2 bicicletas.
-2 tipejos subidos a ellas (vamos, Iván y la “menda lerenda” que os lo cuenta…)
-la decisión de llenar una alforjas, aparcar la furgo y dar pedales… (decisión tras una charla casual en un Camping de Viena con unos italianos… ya veis… que planificación!)


Pues bien, así resulta que Viena nos sorprendió porque son 3 ciudades en una… bueno, deben ser más, pero en lo que a circulación se refiere… es como si fuesen 3:
-Viena para los que van en coche, para los que van en bici y/o patines y Viena para los que pasean.
Y es que Viena, es una ciudad toda surcadas de carril bici, todo un entramado para moverte sobre ruedas sin motor. Asi, ya sea de noche o de día la gente va en bici, por todos lados o en patines vestidos con mayas galácticas de cuerpo entero que te hace sentir entre patinadores de élite (aunque sean del montoncillo).



Y Viena, por supuesto, es la ciudad con el beso más famosos del mundo. ¿Cómo no ir a ver, de cerca, El Beso de Gustav Klimt…? Si es el cuadro que preside nuestro dormitorio –cuando estamos en casa, claro está, que en la furgo no entraba…-.




Como siempre pasa con un cuadro famoso, cuando llegas suele estar rodeado de gente haciéndole fotos (así recuerdo La Gioconda del Louvre) y en este caso, si, había gente pero no tanta; hasta te podías acercar lo bastante como para darte con la nariz en el cristal que protege la obra de Klimt –estas cosas también suelen pasarme…., que le vamos a hacer…-.




Este cuadro que prolifera en láminas, tazas, postres etc.etc… tiene de especial, en comparación a todas sus reproducciones, que de veras brilla, por algo está hecho de óleo, plata y oro. Lo que me sorprendió mucho encontrar en el Palacio Belvedere es que, además de las obras de Gustav también hay cuadros de otro Klimt: el hermano de Gustav también pintaba… y bueno…. se ha quedado a la sombra, si bien es cierto que su estilo es otro, bien distinto.



Otras cosas que te encuentras en Viena son, por ejemplo:
- su noria y su parque de atracciones sin pagar entrada,
- -sus parques acuáticos en los jadines públicos donde a nosotros sólo se nos ocurre poner columpios…(me encantó la idea)
- Calesas blancas con caballos blancos, paseando por paseos desiertos, a orillas del Danubio, bien entrada la noche; parecía una estampa sacada de otro lugar y de otro tiempo.
- Opera en la calle,
- Nudistas a la orilla del rio (casi todos jubilados y pescadores, una mezcla curiosa..)

En la etapa ciclista del primer dia cruzamos la frontera con Eslovaquia y llegamos a Bratislava, la ciudad invisible en el mapa de la ciudades monumentales. Está en medio del famoso triángulo Praga-Viena-Budapest y efectivamente, no es tan monumental como las otras… pero se la ve una ciudad abriendose a Europa, haciendo sus esfuerzos para lavarse la cara y la UE está ayudando a ello por los carteles que cuentan las infraestructuras que se están realizando. Será más modesta que las otras pero Bratislava merece la pena.





Eso si, tienen muy bien montado el recorrido ciclista que atraviesa la parte sur del país hasta cruzar a Hungría por la ciudad de Stúrovo.

Por el camino atravesamos varios parques naturales, una gran zona de humedal y el hacer esta ruta prácticamente sólos nos ha permitido ver bastante fauna (águilas, ciervos, garzas…), alguna que otra excavación arqueológica de una villa Romana… y los pueblitos eslovacos de orilla del rio: pueblitos a mi parecer un poco tristes, con un cierto aire soviético como post-comunista, donde parece que las cosas van a “trancas y barrancas”… no sé si me explico,… los coches se parecen a los que había en nuestras carreteras en los 80, la gente, de toda edad se mueve en bicis oxidadas, los supermecados están algo tristes de mercancía, la ropa de camuflaje es la última moda por aquí, y las casas de “vacaciones” a orillas del danubio son como barracones hechos con antiguos vagones de tren… (nota: impresión parcial, por supuesto... que no nos vaya a ofender ningún eslovaco de por la zona...)

El SAMUR en Eslovaquia


Sin embargo el coste de la alimentación y de la gasolina no es mucho más diferente que en España… por lo que hay cosas que no nos cuadran mucho.

Bordeamos el Danubio que pasa por Eslovaquia en 3 días más y el 4 día, en una etapa histórica de 105km (esto lo digo yo que, como quien dice, estoy aprendiendo a montar en bici ahora…) llegamos a las puertas de Budapest, habiendo salido esa mañana de Komarno y pasando la frontera por Stúrovo.

Al cruzar el río en Stúrovo, la primera ciudad húngara que sorprende es Esztergom, y sorprende porque en comparación con la parte Eslovaca que habíamos visto, esta ciudad es monumental, tienen una gran basílica, un castillo y fue la capital de Hungría durante 250 años.

Esztergom vista desde Stúrovo



De allí por Visegrad hasta las puertas a Budapest, la Budapest hermosa que sorprende por sus monumentalidad, como meta de nuestro viaje...
Entramos muy temprano, el viernes, a eso de las 7.30…, cuando media ciudad se dirige a las oficinas... y... no podemos dejaros testimonio gráfico de esto porque nuestra cámara de fotos fue atropellada por una coche...
asi que de aqui a un tiempo, tendréis que imaginaros los sitios, hasta que consigamos otra.

En 6 horas remontamos el Danubio en barco, de regreso a Viena... y colorín colorado...esta fue nuestra semana en bici por centro europa.

Ahora os escribimos desde una ayuntamiento de un pueblo de la Rep. Checa donde nos han montando una red de internet para que podamos trabajar un rato aqui... alucinanate, que majetes!
Vamos camino de Eslovaquia, a recorrerla por el norte esta vez... camino de Rumania.

Seguiremos informando.

Os mandamos besos y abrazos a discrección a todos!!!!!

jueves, 16 de agosto de 2007

Le Piú Belle

...O eso dicen los que son de por allí.
Los que viven en Dolomitas (en la región del Veneto –Italia-) eso dicen de sus montañas, que son las más bellas del mundo.

Nosotros no sabemos si se han ganado ese calificativo,
(porque aún no hemos visto todas las montañas del mundo) pero es cierto que Dolomitas es bonito, mucho.

No es una cordillera, no son unos picos que hacen frontera, son macizos de montaña, entre valles, montañas que acaban en agujas, montañas de mármol, montañas y valles por todos lados. Sobre un mapa esta región sería como un papel pinocho, una región arrugada … lleno de sube-bajas entre los pueblos de Agordo y Cortina D`Ampezzo. Montañas y montañas acuchilladas, el manicomio de los escaladores…


Fotos desde La Marmolada






Para llegar hasta aquí, pasamos antes por los Alpes Franceses y por el Gran Cañon del Verdón (un poco pufff… demasiada gente, bonito, pero demasiada gente…)… atravesamos la mayor zona arrocera de Italia entre Turín y Milan… y si… llegamos a Dolomitas sin saber como eran y nos vamos con la sensación de que hay que volver…
Porque un sábado de lluvia y las ganas de avanzar hacia el norte (Austria) hicieron que se nos quedaran un montón de valles, con sus montañas y lagos por descubrir… a mi se me quedó una cuenta pendiente con alguna via ferrata que se resistió (me pudo el miedo)… creo que Iván volverá por estas tierras con algún amigo de esos que suben montañas (a ver… Arturo, Miguel,… MDBs en general, la gente del Club Graelsia…, etc… etc…. Vayan tomando nota!!!!… ;)).

Los dias que estuvimos en Dolomitas coindicieron con la fiesta de FerroAgosto (15 de Agosto), fiesta nacional en Italia, y por ello, al llegar los pueblos estaban desiertos. Desiertos literalemente… las calles vacias, ni un alma.. todo cerrado… bares, restaurantes… asi que ¿Dónde se meten los italianos cuando es fiesta? Y claro… esa puede ser la explicación de que el Lago de Garda, un lago grande, grandísimo por el que pasamos para ir a Dolomitas…estuviera repleto de gente, de italianos de vacaciones, de italianos de fin de semana, de día de fiesta, disfrutando de una zona, la del lago, que creo que es lo más parecido que tienen los italianos del norte a sus costas de sur, las de las buganvillas y las casas palaciegas decoradas con ese gusto que tienen los italianos cuando quieren hacer la cosas bonitas;


por ejemplo, me sorprendió que para hacer que sus paseos estén llenos de árboles floridos en verano, se han inventado la manera de hacer cuasi-árboles de las adelfas, que en nuestras calles son arbustos bajos; las hacen crecer en altura, las sujetan a otro palo y les dan forma de árbol. Por cosas así el Lago de Garda sorprende después de atravesar el norte de Italia, que es más bien sobrio, serio, industrial y agrícola a la vez.


Fuegos artificiales en Allegue por la fiesta de FerroAgosto




Desde Dolomitas pasamos a Austria….y desde allí, camino al Este….

PD... es verdad... en las fotos no se nos ve mucho... pero bueno, estamos igual, ni mas gordos ni más delgados... y así disfrutáis de los paisajes... jejeje.

Besos a todos!

lunes, 13 de agosto de 2007

Las ultimas noches de la lavanda y el cuento de la tierra roja de Provenza

Es en julio y agosto cuando las tierras de Provenza se convierten poco a poco en un mar de flores violetas, como recortes, entre los prados de paja amarilla recogida en “ovillos” el verde de los árboles y las montañas, suaves, al fondo.


Al llegar, nos dijeron que los mares de color violeta ya estaban casi todos replegando velas… que había llegado el momento de cortar las flores.

De todas maneras, no adentramos en Provenza, en el departamento de Vauclusa, hacia la ciudad de Sault…llegamos de noche.




Por la mañana, al despertar, descubrimos que, como en todos los mares, en los de flores, también hay barcos que repliegan velas más despacio…; y es que efectivamente, muchos campos ya habían sido cortados, pero… ahí estaban, también,… los retazos violetas que resistían con sus flores suaves al viento…


La tierra en Provenza huele como cuando abres un armario recién perfumado, de ropa blanca planchada…, que digo! A los armarios de ropa planchada, les gustaría oler siempre como huele la tierra en Provenza que, además, es ancha, surcada de campos y calma.

Allí pasamos unos días, velando las últimas noches de la lavanda de este año… porque, al 2º día al despertarnos, vimos que a nuestros campos vecinos también les había llegado el momento de replegarse, hasta el año que viene….






Y en esta tierra, hay un lugar, (en realidad es una ciudad, Rousillon)… que pareciera hecho para deshacerse como el hielo al sol…

Una ciudad de tierra roja, de ocres y amarillos, hechos de polvo, polvo que mancha y dibuja y que pareciera… va a deshacerse con la próxima lluvia.





Salen de allí, los niños, con las caras pintadas como indios, y los demás, todos los demás, con los pies y las manos de colorines, rojo, naranja…



Y si hace aire, entonces todos, los pinos, las hojas, los bancos para descansar … todo lo que está cerca se cubre de color ocre, rojo y amarillo. Es como un lugar inventado.



Por cierto, en Francia hay un montón de niños despeinados… encantadores, con el pelo castallo claro y revuelto.., y… mujeres con aires de pintoras…, con un aire interesante.


Seguimos hacia Alpes, pasando por la ciudad donde pasó sus últimos años y murió, Alexandra David Neal, las primera mujer blanca que llegó a la ciudad prohibida de Lasha, en Tibet. Ni siquiera sabía que era parisina, y menos que murió en Digne les Bains (departamento de Hautes-Alpes).


Ahora, al fondo, ya tenemos el mazizo de los Ecrins y el glaciar de La Meige… seguimos camino.

Un abrazo fuerte a todos.

sábado, 4 de agosto de 2007

La vida del Caracol








Solo hace unos días que andamos en tierras Gavachas, haciendo nuestros pinitos con el Francés, diccionario en mano.










Y aquí te das cuenta que están muy puestos en esto de la movilidad y de pasar las vacaciones con la casa a cuestas.

Ivan dice que media Francia tiene una roulotte para irse de vacaciones y que la otra mitad les cuida las caravanas mientras es invierno.

Lo cierto es que desde que salimos, nos sentimos ya bastantes cómodos en esto de vivir itinerantes.

Nuestra casa nunca fue grande, pero hemos pasado de 50m2 a 9m, y eso, requiere algunas adaptaciones.

Se nos pasa gran parte del día ordenando y desordenando la furgo:

-si vamos a coger las bicis, si vamos a bucear o vamos a subir un pico… antes nos lleva un buen rato preparar las cosas y luego recogerlas. Aquí no puedes dejarlo en el salón y “ya lo recogeré mañana”!!
- muchas veces cocinamos en el mueble de la furgo y es como estar jugando en una casita de muñecas, todo en miniatura, reducido a lo mínimo indispensable.

Eso si, no vamos a negar que las incomodidades tienen también su recompensa:
-hemos desayunado en el Barranco del Infierno.
-hemos dormido en uno de los montes cercanos a Cabo de Creus, con la vista del mar y los faros compitiendo a iluminar la noche con la luna llena de Julio.
-ayer, vimos amanecer a los pies del Pico Canigó (2748m), todo el valle de Perpignan hasta el mar, un poco más abajo de nosotros.
-hemos encontrado rios termales, con pozas de agua caliente en medio de un bosque de esos que parecieran de hadas...






Es difícil encontrar restaurantes con estas vistas o tener una casa casi en cada sitio, en cada playa, en cada monte…
Asi que, ya veis, la vida del caracol, tiene, como todo, sus pros y sus contras.
De momento, a nosotros nos va bien así, convertidos en unos cuasi-expertos en movilidad.

Pd… por cierto, la mosquitera que en casa nunca llegamos a usar, y que no se bien cómo se nos ocurrió traernos, está siendo de mucha utilidad ;).

ah... y PD2: hicimos el Barranco del Llech, el que dicen uno de los cañones por excelencia (todo saltos, toboganes....) y allí encontramos a Jordi y Vanessa, de Gerona, gracias a ellos os mandamos estas fotitos: